Vemos como algo tan cívico y sencillo como utilizar las papeleras sigue en muchas ocasiones siendo un hándicap que, además de ofrecer una imagen pésima de nuestras calles, genera grandes gastos en limpieza a las arcas públicas.
Hasta tal punto ha llegado el problema en Singapur que el gobierno ha tomado cartas en el asunto y los ciudadanos que sean "cazados reiteradamente" tirando desperdicios en la calle serán obligados a trabajar como basureros en zonas concurridas vistiendo un traje naranja chillón. ¡Un verdadero escarmiento!
Además, se incrementa el valor de las multas, que podrán llegar a ser de 3000 euros.
¡UN POCO DE VERGÜENZA CONTRA EL INCIVISMO!
Fuente: Elmundo.es
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