Para los que viven en una gran ciudad, y cada vez más para los que vivimos en pequeñas y medianas ciudades, el problema del tráfico rodado, los embotellamientos y los atascos es cada vez más habitual. Cierto es que en muchos casos los servicios públicos de transporte no ayudan a tomar la decisión de dejar el coche de lado, pero también es cierto que en la mayoría de las ocasiones nos puede la pereza y el miedo al cambio.
Ahí va una razón más para decantarnos por una movilidad diferente, alternativa y sostenible: de promedio nos dejamos hasta 3 años de vida metidos en atascos y sin dar ninguna utilidad a este tiempo. Es más, la tensión que se acumula en estas situaciones hace que aumente nuestro estrés y que por lo tanto se acelere la aparición de enfermedades asociadas, tanto físicas como psíquicas, así como el ritmo de envejecimiento.
Además, es común coger el coche en itinerarios cortos-medios porque llegamos antes (nos ahorramos de 5 a 10 minutos en el camino), pero ¿cuanto tardamos en encontrar aparcamiento? ¿cuánto nos gastamos en gasolina? ¿cuánto pagamos por la zona azul o el parking?
La bici en la ciudad es algo más que una alternativa de movilidad, es una opción que nos ayuda a realizar diariamente un ejercicio moderado y que ayuda a disminuir el nivel de CO2 y de contaminación de nuestras ciudades.
Pero... ¿por dónde empezar?
En la mayoría de las ciudades existen ya grupos que organizan quedadas ciclistas, ciclorutas y que informan de las posibilidades de movilidad en bici en esa ciudad. Algunos ayuntamientos han aumentado la cantidad y calidad de sus carriles y otros muchos han puesto en marcha programas de préstamo de bici.
Hay mucho por hacer, pero también hay mucho ya rodado. ¡Anímate a rodar y a preguntar!
Artículo en http://www.eluniversal.com.mx/ciudad/103304.html
Puedes encontrar mucha información de utilidad en:
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